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¿Eres de los que ha renunciado a tener plantas en casa porque se te mueren hasta los tulipanes de plástico? No te preocupes, ¡Todavía hay esperanza! Aquí van algunos consejos prácticos para los que se consideran inútiles de la botánica.
Lo admito, yo era una plantkiller en serie, pero lo superé por cabezonería, porque nunca me he podido resistir a pasar por un vivero y no llevar, aunque sea alguna macetita pequeña a casa, y sobre todo porque dediqué tiempo a informarme de porqué era tan gafe con ellas.
Aquí van 5 pequeños consejos, fáciles de recordar y de aplicar:
1. Tomate tu tiempo a la hora de elegir una
Hay una variedad de plantas muy atractivas y decorativas que si bien no son inmortales, si son más resistentes y a prueba de olvidos, falta de agua, luz y humedad, lo que las hacen perfectas para despistados y principiantes.
Antes de decidirte por una u otra especie, ten claro donde quieres ponerla, fijándote sobre todo en si es un espacio exterior o interior, la oscilación de temperatura, de iluminación, humedad, etc.
A partir de ahí, elige la planta que sea idónea para esas condiciones. No te apures, seguro que hay alguna.
En mi caso, lo tenía claro, las suculentas, porque me encantan desde siempre y las encuentro perfectas para decorar cualquier espacio o rincón.
Es de ellas de las que os voy a hablar, pues es de las que tengo experiencia.
Os las recomiendo, pues se les coge cariño y la verdad que son muy bonitas y variadas. Se empieza con un pequeño cactus porque te hace gracia y es barata y al final ¡te vuelves un coleccionista!
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2. Riego
Los cactus están acostumbrados a vivir en zonas de la tierra muy áridas, por lo que solo necesitan riego de vez en cuando. Imita los periodos de sequía que acontecen en los desiertos. Riega espaciadamente. Deja secar totalmente el sustrato entre riegos. ¿Con qué frecuencia? Pues dependerá de la temperatura donde sitúes tu planta.
Un truco: utiliza un palillo de madera e introdúcelo en el sustrato hasta el fondo de la maceta; lo sacas y solo se riega si este sale completamente seco y limpio.
Cuando toque regar, sé generoso. En el desierto cuando llueve, lo hace amares.
3. Temperatura
La mayoría de los cactus no soportan temperaturas por debajo de los 7ºC. Un punto muy importante es que no deben coexistir frío y humedad en el suelo o en el ambiente que les rodea.
4. Luz
Las Suculentas en general y los Cactus en particular precisan un lugar con mucha luz, aunque el sol directo todo el día podría provocar quemaduras en determinadas especies más delicadas. Lo mejor es una posición donde disfruten de sol una parte del día, al menos unas 5 o 6 horas de sol, de mañana o de tarde.
5. Sustrato y abono
A pesar de que los cactus soportan suelos áridos, si se cultivan en una tierra más nutrida, su crecimiento es más vigoroso y su floración mucho más espectacular. Un sustrato estándar para cactus debe tener porosidad, moderada riqueza de nutrientes, mediana retención de la humedad y pH cercano a 6.
Existen sustratos específicos en cualquier tienda de jardinería, no te agobies.
Con estas pautas, se acabaron las excusas.
Atrévete a traer una pequeña suculenta a tu hogar y disfruta de ella.
A partir de aquí, y si la experiencia te apasiona tanto como a mí, puedes profundizar y ahondar en el tema. ¡Información no falta en la red!
Aquí dejo algunos enlaces:
Si conoces algún otro consejo básico, o “truco de la abuela” útil, compártelo que será muy bien recibido.